Por: Carlos Alvarez.-
Hace 20 años más de un millón y medio de toneladas de basuras se derrumbaron en el llamado Relleno Sanitario Doña Juana. Estos desechos cayeron sobre el lecho del río Tunjuelito y desataron una grave problemática sanitaria cuyos efectos, aunque aminorados por campañas de salud episódicas, no han desaparecido y generan un daño permanente en la salud de los habitantes vecinos al relleno.
Esa deuda social de la ciudad con los habitantes impactados gravemente por Doña Juana sigue 20 años después vigente y sin visos de pagarse, por el contrario tiende a incrementarse ante la decisión de alargar la vida útil del relleno más allá del 2025.
La comunidad reclama a la administración distrital el derecho que tiene de no vivir más en medio de montañas de basura mal dispuestas en Doña Juana y a regañadientes acepta que si el relleno va a seguir funcionando, se inicie un verdadero proceso de reciclaje en la fuente que impida la llegada de residuos de ese carácter a Doña Juana y que los que finalmente se dispongan allí, sean objeto de un proceso que termine en la generación de energías alternativas.
Un hecho más demuestra que la ciudad por ahora no está presta a buscar otros sitios donde eventualmente puedan disponerse las basuras.
Entre los moradores cuentan que ya les han hecho ofertas por sus viviendas con el objeto de sumar más terreno al relleno. Ellos dicen que no les interesa vender, que su amor es innegociable por el territorio.
A propósito de la protesta de hoy de los habitantes de la vereda El Mochuelo y otros sectores vecinos a Doña Juana, BOGOTA AM/PM habló con la líder comunal Yurani Muñoz
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