¿Ciclovías en humedales bogotanos?

A mediados del mes pasado un concejal de Bogotá, Antonio Sanguino, alertaba sobre la postrante situación de los pocos humedales que aún tiene la ciudad.

Decía que “los 15 humedales existentes en la Capital del país están en riesgo porque presentan contaminación por aguas residuales y botaderosde basuras por parte de la comunidad, no tienen zona de ronda, aparición de especies invasivas como el buchón y la lentejilla, progresiva aridez y conexiones erradas de los edificios aledaños, lo que provoca el deterioro de estos espejos de agua”.

La Fundación Humedales de Bogotá en su página de internet reconoce la importancia de acercarse a los humedales y promueve y avala el uso de la bicicleta para recorrerlos y argumenta que “La comunicación entre bicicletas y humedales construye una estrategia conjunta que integra la visualización de la problemática ambiental de la ciudad», pero al mismo tiempo plantea que «el uso adecuado de la bicicleta en los humedales puede convertirse en una  alternativa para la conservación de los mismos, promoviendo un transporte eficiente, limpio y coherente con el ambiente”.

El alcalde Enrique Peñalosa decidió recientemente modificar la política sobre los humedales y abrió la posibilidad de construir ciclovías en los humedales, aunque asegura que con algunas restricciones.

Esta decisión hizo saltar de nuevo a los ambientalistas que expresan sus reservas frente a esa posibilidad y temen que ese sea un primer paso para abrir la senda a la construcción de parques lineales en los humedales y afirman que así lo contempla incluso el Plan de Desarrollo de la presente administración.

Resulta necesario que el alcalde Peñalosa y quienes lo asesoraron en la decisión de abrir la puerta para construir ciclovias y alamedas de cemento en jurisdicción de los humedales, precisen detalles de lo que intentan, resuelvan las inquietudes de quienes identifican en el proyecto del alcalde un serio peligro para la subsistencia de estos ecosistemas que han tenido que resistir numerosos ataques contra su supervivencia, comenzando por los urbanizadores piratas.

Los propios ambientalistas reconocen que humedales y bicicletas podrían convivir, pero como lo afirma Humedales Bogotá, «su comunicación debe ser apropiada y que a los humedales se llegue por ciclorutas agradables y siempre respetando los espacios».

 En suma dice Humedales Bogotá, “El reto ahora es seguirlos comunicando pero de forma amigable con el ecosistema entendiendo su gran valor ambiental y social”.

Reiteramos: Precisión, claridad y discusión pública obligan este nuevo anuncio del alcalde Peñalosa a quien un sector reconoce el interés de amigar a los bogotanos con los humedales, acercarlos y permitir su disfrute.

Ni decisiones avasallantes que desemboquen en la destrucción de los humedales, como tampoco posiciones radicales que impidan avizorar cómo la apropiación de los  bogotanos de sus humedales, logre la defensa de estos ecosistemas y su protagonismo en la vida de la ciudad.

Comparte!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Suscríbete a nuestro boletín