Claudia López con el panorama despejado para construir un nuevo POT

Hundido el POT, como ocurrió el fin de semana en el Concejo, fueron notorias las voces que llamaron la atención sobre una contundente realidad: La ciudad tiene un Plan de Ordenamiento Territorial de hace casi 20 años, cuando lo adoptó tres años después que se estableciera la obligación legal de formularlo.

Como lo precisa la exsecretaría de Hábitat, María Mercedes Maldonado, tres años después de adoptarse el POT en Bogotá se aprueba una revisión que extendía su vigencia por 12 años más es decir hasta el 2015.

Agrega Maldonado que en los gobiernos de Samuel Moreno y luego Clara López se intentó una revisión del POT vigente, entre otras razones por una que también motivo críticas al de Peñalosa: El censo de 2005, también como ahora resultó reflejar 700 mil habitantes menos a los que se proyectaban hacia el año 2000. Pero el proyecto POT de Moreno y López no se alcanzó a presentar al Concejo, precisa Maldonado.

La historia señala que después el alcalde Gustavo Petro retomó la intención de modificar el POT a través de la figura de revisión excepcional, también con los argumentos de la base poblacional y la adaptación de la Bogotá la cambio climático.

Ese intentó de Petro naufragó luego que el Consejo de Estado hundiera esa revisión. Peñalosa recibe un POT que ya había perdido vigencia desde el 2016, e ilustra Maldonado, es cuando entonces inicia una remisión ordinaria.

Llegamos así a hoy cuando a Peñalosa le hunden su proyecto de revisión del POT, producto de haberlo dejado para discutir y votar en tiempo de elecciones, sumado a las críticas que aseguraban que privilegiaba el espíritu voraz de los constructores, porque una vez más se basaba en cifras poblacionales que no coincidían con el censo del DANE y porque  ataba a la ciudad al Transmilenio como sistema obligado de transporte masivo, al contemplar la construcción de 12 troncales.

Desde la administración saliente se duelen con el hundimiento del proyecto y aseguran que la ciudad perdió una oportunidad única al tiempo que como lo afirmó la concejal peñalosista, Lucía Bastidas, la capital seguirá avanzando con una renovación urbana silenciosa en la que de todas maneras ganarán los constructores.

En la otra orilla están quienes consideran que el hundimiento del POT es haber evitado una afectación irreversible a la estructura ecológica principal que estaba amenazada y de grave manera con lo que contemplaba el proyecto de Peñalosa.

El concejal Celio Nieves, quien presentó la ponencia negativa que finalmente fue votada a favor por 8 concejales de los 15 integrantes de la Comisión del Plan, no dudó en afirmar que el hundimiento del proyecto fue la respuesta a los reclamos justos y válidos de sectores de la ciudad que iban a ser afectados gravemente.

Nieves expresó que ahora la construcción de un nuevo proyecto de Plan de Ordenamiento Territorial queda en manos de la nueva alcaldesa de la ciudad Claudia López, a quien exhortó a que en el proceso de construcción de la iniciativa se les dé amplia participación a los ciudadanos que de una u otra forma resultarán impactados por el POT.

Resultará ese otro de los retos para la alcaldesa entrante quien podría convertirse en la mandataria que, conociendo los insalvables que han tenidos sus antecesores para actualizar el POT, lo logre. Al fin y al cabo se trata del instrumento técnico vital que debe tener la ciudad para planificar y ordenar su territorio.

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