Informar y opinar: ¿Rol de periodista en paralelo?

Resulta cada día más evidente la proclividad que tenemos los periodistas de convertirnos en jueces. Confundimos el rol de informar con el de opinar y sentenciar. Ni más faltaba que desconociera que son dos funciones que el periodista debe cumplir. Sin embargo está volviéndose muy común que al fragor de una obligación noticiosa le mezclamos irresponsablemente la opinión personal.

Para la muestra el botón más reciente. Una tragedia aérea en cercanías a Medellín. La muerte de más de 70 personas. La necesidad de establecer porqué la aeronave se desplomó sobre un cerro. Un equipo de fútbol casi completo que desaparece, otras vidas igualmente importantes de periodistas, invitados y tripulación que se extinguen.

Día siguiente de la tragedia. Comunicadores en sus medios buscando febrilmente razones. Momento de informar. Horas que pasan y comunicadores que deciden que amanecen impregnados de los más profundos conocimientos sobre aeronavegabilidad. Danza informativa que va de la noticia a la «opinadera” porque calificar lo que dicen de “opinión” resulta demasiado con lo que el término significa.

Respeto inmenso por quienes en este episodio separaron nítidamente ante su audiencia los elementos informativos del hecho, tomaron distancia frente al mismo y llenos de argumentos derivados de confrontar versiones, testimonios de especialistas en el tema, ingresan en ese otro rol. Exponer su opinión, intentar explicarse el porqué.

Reflexión profunda sobre su papel de comunicadores la que obliga a quienes decidieron en cambio de manera elemental y primaria lanzar juicios, condenar, culpar aprovechando la cercanía del micrófono, la cámara o un papel que lo aguanta todo.

Lo más grave confundiendo al destinatario del mensaje invadiendo el espacio de la noticia con el de la opinadera que no opinión.

Acudo a esta reflexión sobre nuestro papel de Mercedes del Hoyo, mujer licenciada en Filología Hispánica y en Ciencias de la Información: “El periodista tiene una misión difícil en una época en que el flujo de información es constante, está obligado a ofrecer a su oyente o lector una selección de noticias, de datos, además de ayudarle a entender su sentido. Pero el sentido se forma cuando la noticia se contextualiza, se aportan antecedentes y fuentes expertas que midan el alcance; no le damos sentido por el atajo de darle nuestra opinión o la interpretación que nos parece mejor, sobre todo si se la presentamos como la única posible”

¿Les suena?

Comparte!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Suscríbete a nuestro boletín