Juicios Apresurados

Finalmente el autodenominado ELN reconoció que fue el autor del ataque con explosivos y metralla, contra un grupo del ESMAD el pasado 19 de febrero en inmediaciones del barrio La Macarena.

No es novedoso decir que resulta incomprensible que esa organización irregular, asesine a un joven del ESMAD y cause heridas a otros más, en tiempos en que una delegación suya aborda conversaciones con el gobierno Santos para un potencial acuerdo de paz.

De nuevo estamos en ese escenario que implica que los alzados en armas pretenden que los colombianos aceptemos que se habla de paz en medio de la guerra. Es decir no hay gestos ni voluntad por parte del ELN que indiquen que hay una decisión de cuerpo para entrar en un camino de reconciliación y reincorporación a la vida civil.

Con argumentos cada vez más vacios y lejanos a la realidad que vive el país, el ELN se adjudica este atentado, que como muchos otros ocurridos en diferentes regiones, lo identifica como un grupo no sintonizado con lo que la nación demanda.

Ahora bien. El hecho nos lleva a otra reflexión. La de los juicios apresurados que tampoco le hacen bien a la ciudad ni al país.

Anotábamos en esta misma tribuna hace algunos días que resultaba peregrino y aventurado intentar señalar culpables de ese atentado, conectando el hecho con la controversia sobre los espectáculos taurinos en la ciudad. Más aún. Que era irresponsable acusar con nombres propios a políticos que a pesar de su radicalismo no debían ser puestos en la picota pública por sus posiciones, entre otras cosas contrarias a la administración actual de la ciudad.

Intentar insinuar que detrás de ese hecho podían estar personas o grupos que buscan la revocatoria del alcalde Peñalosa, era una muestra más de ciertos “líderes de opinión” como se autodenominan ahora, de querer enrarecer el ya de por si caldeado ambiente en la ciudad, de manera irresponsable y lanzando juicios a priori.

Hoy Bogotá necesita el concurso de todos. Amigos y enemigos de la administración. Cada uno ejerciendo su  papel responsable. El gobierno siguiendo adelante con sus programas, reitero fueron los que ganaron en las elecciones, y la oposición el suyo evidenciando qué se puede estar haciendo mal, haciendo oír sus voces, recogiendo firmas para revocar al alcalde como decidieron otros, pero siempre en la civilidad y el respeto en la diferencia.

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