Se levantó alerta ambiental en la capital

Tras presentar una mejoría en la calidad del aire durante las últimas 48 horas, el Distrito levantó la alerta ambiental fase I que había sido decretada el pasado 6 de febrero.

El control de incendios forestales en la Orinoquía y Amazonía, la reducción de puntos calientes y mejores condiciones meteorológicas (lluvias y cambio en la dirección e intensidad de los vientos) hicieron que los niveles de concentración de material particulado (PM) disminuyeran considerablemente en la ciudad.

Según la Red de Monitoreo de Calidad del Aire, se han reportado condiciones favorables en varias estaciones y moderadas en la mayoría, comportamiento que se ha mantenido estable en los últimos días y que se asemejan a los niveles que presentó la ciudad en enero, cuando los niveles de concentración estaban por debajo de la norma nacional.

Además, el Sistema de Modelación Atmosférica de Bogotá muestra que las condiciones favorables y moderadas se mantendrán. Sin embargo, se pueden presentar incrementos en las concentraciones de material particulado 2.5 al finalizar la semana, producto de emisiones y la situación meteorológica local.

Según los pronósticos meteorológicos, las lluvias en la ciudad tenderán a disminuir y retornarán las condiciones soleadas a partir de la otra semana, por lo que es posible que se vuelvan a presentar inversiones térmicas con más frecuencia.

Otra preocupación desde el Distrito es que en las próximas semanas pueda llegar la nube de polvo proveniente del Desierto del Sahara, que podría afectar de manera moderada la calidad del aire de la ciudad.

“Nuestro modelo y la información satelital nos indica que en los próximos días estén llegando a Bogotá las nubes de las arenas del Sahara que con frecuencia afecta a la ciudad”, señaló la Secretaria de Ambiente, Carolina Urrutia.

El Distrito mantendrá el monitoreo y estricto seguimiento de la concentración de material particulado y los factores que puedan influir negativamente en la calidad del aire como los fenómenos de inversión térmica, dirección de vientos, lluvias, nubosidad e incendios forestales, entre otros.

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